Por José Luis Ramos Salinas
Antes solíamos vivir
en las calles en las
plazas
en los hoteles de
mala muerte
con mujeres que nos
daban buena vida
Hoy tenemos biografía
en
una pantalla que dicen tiene plasma
pero
sin gota de sangre
será por el horario
de protección al menor
o por la sangría que
no cesa en los lugares olvidados
por todos menos por
el imperio
No tenemos diario
pero contamos con
biografía, decía
que revisitamos 20
veces al día
no
porque recordar sea volver a vivir
sino
porque es compulsivo aumentar el contador
hay
algo en ese titilante número que nos hace creer que estamos vivos
Vigilamos sin
castigar nuestros chirrigurescos muros
con la esperanza de
que alguien haya visitado nuestro perfil
¿qué
fue de aquel momento más grave de la existencia
cuando
con César Abraham vimos
a
nuestro padre de perfil?
Y la democracia se
lograba haciendo caer a las dictaduras
no como ahora
con ratones haciendo
clic en "me gusta"
y a eso le llamamos
libertad
de expresión
Solíamos ver nuestro
reflejo en algún charco
hoy tomamos fotos a
nuestras cien caras frente al espejo
con
nuestro teléfono celular
que
reemplazó a las células que solíamos formar
cuando
jugábamos a la revolución
y
nos emborrachábamos a la vuelta de la esquina
escribiendo
en el aire como Pedro Rojas
que
hoy sería un deslucido nick name
Dicen que las cosas
han mejorado:
sombríos
días de socavón
noches
de juerga
seamos
sinceros
la
cerveza nunca escaseó
pero
antes los cascos eran de guerra
ahora
son Cat
y nuestra calidad de
vida no se mide por los versos que somos capaces de escribir
sino por la cantidad
de tarjetas de crédito que lucimos cuando sacamos la billetera
los
plásticos reemplazaron a nuestros heroicos jebes
Y nos sentimos
felices
comprando en los
malls
sin percatarnos que
nosotros somos los vendidos
Debimos sospechar que
algo andaba mal
cuando
dejamos de asustarnos al ver un policía
cuando
empezamos a llamar al serenazgo
seguros
de que ya no éramos los que solían moler a palos
Hay más letreros
y muchas más vallas
y
hay que ser un tigre asiático para saltarlas
y
no convertirlas en nuestro destino
Salas de cine por
doquier
pero ni una película
que por ella valga la pena
dejar
de cortar nuestras venas
a
24 cuchillazos por segundo
cierta ilusión de
movimiento es deseable
en la sociedad del inmovilismo
¿Es necesaria una
maestría para darse cuenta de esto?
es a ustedes doctores
a quienes les pregunto
no al ministro de
salud
ese está trillado y muy
ocupado en escoger un terno que haga juego
con el crecimiento
económico del país
Y creemos que
salvamos al mundo
porque
botamos los desechos orgánicos en el tacho de color azul
y
los papeles en el de color amarillo
y
los plásticos y vidrios en el de color verde
Díganme donde debo arrojar
vomitar
mi corazón?
mi excremento ya sé
en el
mismo lugar de mis latidos.
1 de setiembre de 2012, el año que no se acabará el mundo.
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